Reflexionar sobre el cómo está nuestro sistema educativo haciendo frente al fenómeno de la globalización impulsado por el auge de las TIC y de saber cómo se está preparando a nuestros docentes para la formación de nuestras futuras generaciones, son algunas de tantas otras preguntas, que motivan e impulsan la realización de muchas investigaciones y trabajos de campo. Partiendo de esas cuestiones, se escribe este pequeño ensayo con el que se pretende reflexionar sobre estas cuestiones sin intenciones de brindar una respuesta concreta a las mismas.
Es bien sabido que en nuestra sociedad actual las TIC están abarcando todos los campos en los que se desenvuelve el ser humano. Esta nueva sociedad, muy diferente a la de las décadas pasadas, exige profesionales capaces de resolver problemas, que sean creativos, críticos, conocedores de los recursos TIC y de todo lo que este elemento social implica. Es así que se vuelve una necesidad que los sistemas educativos se adapten y articulen programas capaces de dar respuesta a esta demanda mediante la formación de profesionales dotados con todas las herramientas para hacer frente a una modernidad liquida[1].
Bajo el concepto de modernidad líquida, se encierra esa característica cambiante de nuestra sociedad actual. Es ese constante cambio y la presencia de las TIC que nos invita a la elaboración de programas orientados a dar respuesta a la exigencia en la formación de niños/as, jóvenes y adultos, capaces de adaptarse a los constantemente cambios que surgen en nuestra sociedad, sobre todo porque la educación es uno de los pilares primordiales dentro del desarrollo de nuestra nación. La comunidad educativa está de acuerdo en que se necesita abogar por un cambio revolucionario tanto en la forma de enseñar como en el uso de los recursos disponibles en nuestro entorno y de las herramientas que deben ser del conocimiento de los estudiantes y de los docentes, las cuales les permitan ser profesionales competitivos y aptos para hacer frente a este sociedad moderna.
En nuestro país (Nicaragua), la incursión de las TIC dentro de los procesos de enseñanza aprendizaje, en comparación con otros países, es relativamente nueva. La inversión en educación, en comparación con los demás países de la región, es la más baja[2]. A pesar de ello y de los esfuerzos y programas orientados por el gobierno para ese fin, el sistema educativo aun no logra apropiarse de esta herramienta, pues todavía, dentro de la región centroamericana, nuestros docentes no poseen la formación completa en estrategias y uso de las TIC para la integración de estas en la educación de nuestros niños/as, jóvenes y adultos; incluso en la formación de nuestros propios docentes[3].
Es así que uno de los grandes retos que se le presenta al sistema educativo nacional, es la equipación tecnológica de los centros escolares; sobre todo si tomamos en cuanto que aún existen comunidades que no cuentan con acceso a los servicios de electricidad, telefonía, etc. Ello nos presenta un gran reto por vencer y muchas cosas por hacer. A pesar de ello, no se resta merito a este esfuerzo, pero se considera necesaria la articulación de otras estrategias que permitan ir avanzando poco a poco en esta ardua labor; así como la coordinación con otras instituciones y ONG presentes en el país. Es también necesario el compromiso de los protagonistas directos del sistema educativo para definir una mejor vía para alcanzar ese gran sueño; el sueño de lograr la integración de las TIC dentro del proceso de enseñanza aprendizaje de nuestro sistema educativo.
[1] Modernidad liquida es un concepto desarrollado por el sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío, Zygmunt Bauman.
[2] Nicaragua, en la cola de inversión educativa. Consultado en http://www.elnuevodiario.com.ni/economia/354633-nicaragua-cola-inversion-educativa/
[3] UNESCO, Antecedentes y Criterios para la Elaboración de Políticas Docentes en América Latina y el Caribe, 2013